▪︎Una hernia de disco ocurre en los amortiguadores cartilaginosos (o “discos”) que se ubican entre los huesos de la columna vertebral.
▪︎Cuando uno de estos amortiguadores se rompe, el núcleo pulposo en su interior puede salir e irritar los nervios alrededor. Esto puede ocasionar ciática, o distintos tipos de dolor en el cuello, la espalda, los brazos y las piernas.
▪︎Los discos se desgastan naturalmente con la edad, perdiendo su capacidad de amortiguación y flexibilidad. Debido a ello, son más propensos a desgarrarse o romperse, provocando que su núcleo pulposo se comprima.
▪︎Una hernia de disco en la cervical puede ocasionar dolor al mover el cuello, y cerca del omóplato; dolor punzante en un brazo o en los dedos de una mano; y adormecimiento en el hombro, el codo, o el antebrazo.
▪︎Un disco desplazado en la zona lumbar, en cambio, causa dolor en la espalda y las piernas.
▪︎Para las hernias de disco localizadas en la zona lumbar, el uso de fajas puede ser una buena manera de aliviar los síntomas. Las fajas lumbares actúan descomprimiendo la presión sobre los nervios afectados por un desplazamiento de disco.
▪︎ En los casos de hernias de disco localizadas en la zona cervical, un cuello ortopédico puede aliviar los síntomas a raíz de la inmovilización de la zona y su consecuente reposo. Los cuellos limitan la movilidad cervical, evitando inclinaciones o rotaciones bruscas.
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